El acelerado aumento en la cantidad de contagios coincide con la dramática situación que atraviesan las empresas. En el momento en el que precisarían volver a la normalidad, el Gobierno planea volver a fase 1 en la zona metropolitana. La cuarentena lleva 90 días y todavía no hay fecha para su finalización, ni resultados. Haberla arrancado tan rápido, cuando todavía no había terminado el verano y aún no había circulación en la comunidad, estiró su duración hasta límites insoportables para el aparato productivo.
Ya en los últimos días se multiplicó el cierre de locales en avenidas de la ciudad de Buenos Aires que hasta hace poco tenían lista de espera. Los próximos 60 días resultarán verdaderamente dramáticos para la economía de muchos. Una encuesta realizada por la Cámara Argentina de Comercio arrojó que un 11,5% de las empresas piensa cerrar sus puertas en los próximos 30 días si “no se produce una mejora de la situación”. Otro 23% piensa en achicar su estructura, incluyendo la reducción de personal. Estas cifras implican que en el corto plazo podrían cerrar entre 40.000 y 50.000 establecimientos. Las pérdidas de empleo serán gigantescas.
Otra encuesta, realizada por la Unión Industrial Argentina, llegó a resultados muy parecidos. El 38% de las compañías aseguró que su negocio no es sostenible si las restricciones se mantienen entre uno y tres meses más. El 13% de las compañías estima entrar en concurso de acreedores ante la imposibilidad de hacer frente a sus deudas. Y el 63% sufrió bajas de sus ventas superiores al 50%.

De todas formas, en plena crisis, el Presidente declaró: “Querían abrir los negocios de ropa y ahí están las consecuencias”. Alberto Fernández le echó la culpa a la supuesta mayor circulación de gente para ir a negocios de indumentaria al aumento de los contagios, lo que causó un gran repudio en las redes sociales. El apuro del sector por volver a abrir sus negocios no es un capricho o una insensibilidad, se trata sencillamente de una cuestión de supervivencia.
Así, Alberto asegura que sabe cómo salir de la crisis económica desatada por el coronavirus, pero no explicitó por dónde pasaría ese plan hasta el momento. Las señales divulgadas hasta ahora no son precisamente alentadoras, lo que causa más temor en los comerciantes. Las demoras para negociar con los acreedores, la ofensiva sobre Vicentin y la decisión de Latam de abandonar la Argentina sólo generan más incertidumbre.
