El regreso del Super Rugby reunió a 43.000 personas en el estadio Eden Park de Auckland, Nueva Zelanda, para el cotejo que disputaron Auckland Blues y los Wellington Hurricanes. Esta concurrencia de público superó casi por el doble a los 22.800 hinchas que fueron el sábado al encuentro entre Highlanders y Chiefs en la ciudad de Dunedin, dejando un récord en el suelo oceánico. De esta manera, la actividad regresó con todo en el país de los mejores del mundo.
A su vez, esta cifra significó un nuevo récord de público en el estadio Eden Park, que no se había registrado en los últimos quince años. La victoria de Auckland Blues sobre Wellington Hurricanes por 30-20, en el marco del torneo que será disputado solo por los cinco equipos de Nueva Zelanda, quedó al margen ante la gran expectativa del público en medio de la pandemia de coronavirus. Claramente será una imagen que quedará en el recuerdo de todos, teniendo en cuenta lo que ha sucedido en estos meses.
Los fanáticos asistieron al estadio sin tapabocas y tampoco se sugirió el distanciamiento social, luego de la decisión del gobierno neozelandés de levantar todas las restricciones. Nueva Zelanda registró 22 muertes sobre 1.500 contagios de coronavirus y hace tres semanas no tiene ningún caso positivo. El país no registra casos de contagio y fue justamente por ello que decidieron dar el alta. Las autoridades anunciaron esta semana que no cuentan con ningún caso activo.
El Super Rugby Aotearoa es una versión reducida del Super Rugby, en el que se enfrentan equipos de Nueva Zelanda, Sudáfrica, Australia, Argentina y Japón. Este año se suspendió por la pandemia de coronavirus. El campeonato que actualmente se está llevando a cabo y es sensación ante los ojos del mundo entero, será disputado solamente por los cinco equipos neozelandeses y sustituye temporalmente a la competición multinacional. Así, sólo será entre ellos y muy corto.
Todas las miradas estaban puestas en Beauden Barrett, de 29 años y estrella de los All Blacks, que disputó su primer partido con los Blues ante su antiguo equipo, donde el mejor jugador del mundo en 2016 y 2017 militó entre 2011 y 2019. Además de él, estos también se reforzaron con la leyenda Dan Carter, de 38 años, doble campeón mundial (2011 y 2015) y tres veces mejor jugador del mundo (2005, 2012 y 2015). Siendo así, realmente se ofreció un espectáculo sin igual.
